Con lo buena que está, cuando el marido de esta ama de casa la ve, es difícil que se niegue a echarle un polvo por muy cansado que esté del trabajo. De hecho, cuando llegó a casa el otro día, la pilló desnuda tocando la guitarra y en seguida, supo que quería follar. Así que se pusieron manos a la obra y mientras ella meneaba sus caderas sobre su rabo, él lo grabó todo con su teléfono para tener así un morboso recuerdo.