Tras despedirse de Anya Olsen e irse a trabajar, este tipo salió tranquilo de casa, sin saber que la muy golfa estaba a punto de ponerle los cuernos. Y es que ella es insaciable y lleva tiempo sin disfrutar del sexo, por lo que llama a su amante para pasar un buen rato en casa. Nada más abrirle la puerta, se lanza a comerle la boca y pronto se ponen manos a la obra, hasta el punto de pedirle que le folle el culito, en una sesión anal de lo más bestia.