Mientras esperaba en el sofá leyendo una revista erótica y con su lencería más sexy, esta ardiente colombiana se imaginaba las posturas que adoptaría en el polvo que estaba a punto de marcarse. Y es que tocaba sexo esa noche y como no, cuando su novio apareció con semejante empalme, ella se puso manos a la obra. Empezó comiéndole el rabo como solo ella sabe hacerlo, antes de montar sobre él y demostrarle la fiera salvaje que está hecha y lo mucho que deseaba ese polvo.