Para atraer más clientes, la camarera Katana Kombat decidió vestirse con un bikini y unas medias de rejilla, logrando sacar bastante dinero con sus bebidas. Pero de repente apareció uno de sus clientes más habituales y al verla así de sexy, decidió hacerle compañía detrás de la barra y jugar con su coño. Ella intentó seguir con su trabajo y mientras seguía atendiendo los pedidos, el chico le metía la polla y lograba dejarla con los ojos en blanco.