Tras pedirle a su profesor que le resolviese unas dudas, esta colegiala tetona se empezó a aburrir y quiso juguetear un poco. La chica le fue dejando claro a su maestro lo mucho que le gustaba y al final, el tipo sucumbió a sus encantos. Como no había nadie que les pillase, entraron en materia y al final, el polvazo entre los dos no tardó en dejarse ver y ambos gozaron del sexo como nunca, con la joven estudiante gimiendo de gusto sobre el escritorio.