Ya que no tenían mucho que hacer y su jefe no andaba cerca, esta sirvienta culona y el botones decidieron pasar un rato a solas en el salón, del que ambos disfrutaron. Y es que la morena andaba cachonda y con ganas de sexo, así que no tardó en abalanzarse sobre el tipo y echarle un buen polvo en el sofá, gimiendo de lo lindo y gozando de ese rabo duro dentro de su coño una y otra vez.