Hace poco se vio con la vecina en la tienda del barrio y empezaron a charlar un poco de todo, hasta que la madura le confesó que su marido hace meses que ni la toca. A él le extraña, ya que la cuarentona está tremenda y un día, decidieron quedar para acabar con ese problema. Aprovecharon que el esposo andaba currando, para echar un buen polvo en casa de la madurita, que se lo pasó en grande en un polvazo que venía necesitando desde hace tiempo.