Se acaba de mudar al edificio y en seguida, su nueva vecina colombiana ha ido a recibirle. Empezó a darse a conocer y poco a poco, fue cogiendo mucha confianza con el chico. Tanto fue así que de repente, sus manos se fueron a la entrepierna del chaval, poniéndole la polla bien dura y acabando por chupársela. Lo que vino después, fue una follada de órdago donde la muy golfa acabó espatarrada y gozando de su nuevo vecino.