Tras pasar la noche en casa de mi tío, me fijé en como se había pasado toda la cena mirándome el escote. Estaba claro que había conseguido llamar su atención con mis tetas, así que a la mañana siguiente se las enseñé más de cerca. El hombre no pudo evitar empalmarse y yo, decidí dárselas a probar hasta que finalmente, el calentón nos llevó a quitarnos la ropa y echar un buen polvo juntos, que disfrutamos como animales.