El calor aprieta y no hay nada mejor que la piscina y un buen chapuzón para refrescarse, aunque con una brasileña como ésta al lado, es difícil no terminar caliente. De hecho, la muy golfa no paró de menear ese trasero tan rico que tiene ante este chico, hasta lograr ponerlo cachondo perdido. Así que al final, ni chapuzón ni nada, la muy zorra terminó a cuatro patas y disfrutó de una enculada, que dejó su ojete bien abierto.