Cuando salí del baño, me encontré una bolsa y tras mirar dentro, vi lencería fina que me había regalado mi marido. Decidí estrenarla y fui a buscarle para agradecerle el detalle, besándole y poniéndole muy cachondo. No duré mucho con ella puesta, ya que enseguida me la quité y comenzamos a jugar, empezando por chuparle la polla para terminar montándola como una colegiala salida.