Cada día cuando aparca junto a su edificio de oficinas, Eva Lovia coincide con un mulato guaperas y parece que entre los dos ha surgido una cierta atracción. Hasta ahora no había pasado nada, pero un día al salir del curro, la buena de Eva le invitó a su casa y ambos tuvieron claro lo que acabaría pasando. Pronto terminaron en la cama y cuando ella vio el pedazo de rabo del negrito, no tardó en pedirle sexo anal para disfrutar de una buena enculada como nunca.