Estaban a solas en el dormitorio y con esa golfa rusa tan dispuesta, estaba claro lo que ambos terminarían haciendo. El morbo flotaba en el ambiente y finalmente, se quitaron la ropa para pasar una tarde de sexo salvaje juntos. La follada fue monumental y el chochito de esta morena terminó bien mojado, gracias a los orgasmos que su chico le fue provocando uno detrás de otro sobre la cama.