Mientras hacía unas compras por internet, la pija de Jillian Janson vio como su sirviente se acercaba para preguntarle si quería un té o algo para picar. Pero lo que esta rubia tan golfa quería, era su rabo y no dudó en ir a por él en seguida. El tipo le siguió el juego y al final, le echó un polvazo bestial en el salón de casa, que dejó a la ricachona satisfecha por mucho tiempo.