Todos conocemos a Jordi el «niño polla», pero se ve que esta madurita no tenía ni idea de su existencia. Quizás por eso, cuando vio el pedazo de rabo que tiene al ir a grabar una escena con él, se quedó asombrada. La madura acabó con los ojos como platos y pronto quiso probarla, sacándole brillo con su boca y montando sobre ella una y otra vez, mientras el chaval embestía su coño maduro hasta el fondo.