Es tal la técnica de relajación que se consigue en el yoga, que se puede trasladar al sexo para conseguir llegar al orgasmo más fácilmente. Eso mismo les intenta inculcar esta profesora a sus alumnas, en lo que acabó convirtiéndose en una clase de squirting. Ella misma fue la primera en demostrarlo, acabando por soltar un chorrazo brutal y terminando con sus alumnas dejando el suelo de la clase perdido.