Tras una charla de su profesor de música, donde le pedía que prestase más atención a sus lecciones, Liza del Sierra siguió con su pasotismo y esperó ansiosa a que terminase la clase. Lo que pasa es que el tipo empezó a tocar la guitarra y la francesa se fue poniendo cada vez más cachonda. Así que se acercó a su maestro y le puso sus pechotes en bandeja, hasta acabar en pelotas y follándoselo duramente sobre el escritorio del aula.