Hace tiempo que tiene el teléfono de una negra culona a la que le presentaron en una fiesta, pero hasta ahora no se había atrevido a llamarlo. Una tarde decidió dar el paso y para su sorpresa, ella aceptó ir a verle en su casa. No sabía que podría pasar, pero tras llamar a la puerta, la mulata se bajó los pantalones y le mostró su pedazo de culo. Él siguió esas nalgas tan ricas hasta el dormitorio, donde finalmente remataron esa visita con una follada donde su trasero no paró de menearse durante todo el polvo.