Esta pelirroja tiene una particular manera de conseguir que su marido ayude en las tareas de casa. Si hace la comida o limpia, ella le compensa con algo de sexo y cuando se lo dijo, se esmeró en la cocina como nunca. Fue entonces cuando esperó su recompensa, que vino en forma de mamadas caseras de su mujer, que no paró de sacarle brillo a su rabo como si de una profesional se tratase. Además le hizo unas pajas cubanas de lo más excitantes con sus tetas, acabando ese momentazo con una corrida en toda su boca.