Con el paso del tiempo,mi novio y yo hemos cogido mucha experiencia y confianza en la cama, tanta como para grabarnos de vez en cuando en plena faena. La última vez terminé a cuatro patas disfrutando de sexo duro, mientras me agarraba del pelo y me follaba como a una perrita. Fue un placer para mi, ya que es mi postura favorita y para terminar a lo grande, le pedí que soltase toda su leche dentro de mi coño.