Tras ver como un desconocido se le acercaba por la calle, la guapa Misha Cross notó como el ambiente se caldeaba entre los dos y terminó yéndose con él a un bosque cercano. Se pusieron cómodos en un pequeño claro y la pelirroja echó mano de su rabo, para chuparlo entre los árboles. Luego se abrió de piernas y le dejó probar ese coño tan rico, terminando por todo lo alto con una corrida en su cara angelical.