Tras quedarse sola con ese negro cachas, la rubia se quedó mirando sus músculos y su entrepierna. El tipo es compañero de piso de su novio y como no, ella ya había fantaseado alguna vez con follárselo. Pero teniéndolo a pocos centímetros y con su chico currando, vio la ocasión perfecta para hacer realidad esa fantasía. Así que tras besarse en la cocina, pronto se bajó las bragas y acabó con los ojos en blanco de puro placer, después de probar semejante rabo.