Con los años, a mi amiga y a mi nos van gustando cada vez más cosas en la cama y una de ellas son los bukkakes. La primera vez que cubrieron mi cara de lefa me gustó tanto que ahora, siempre pido acabar los polvos o unas mamadas así. Por lo que tras quedar con varios jovencitos, las dos acabamos listas para dejarles eyacular sobre nuestras tetas y nuestras caras, saboreando cada corrida y terminando con una sonrisa juntas después de esa experiencia.