Había quedado con un colega y unas chicas en casa para montar una fiesta. Pero cuando llegué con dos jovencitas, me encontré a mi amigo haciendo guarradas con una golfilla. Las otras dos quisieron hacer lo mismo conmigo y no tardé en quitarme la ropa. Acabamos organizando una orgía casera, donde todas se pusieron las botas con nuestras pollas, gimiendo en el sofá y eyaculando fuerte con cada orgasmo.