Todas las tardes acudimos a casa de un profesor particular, con el que nos preparamos para sacar adelante nuestras asignaturas en el primer año de universidad. Pero las dos nos hemos fijado en lo guapo que es y una tarde, decidimos quitarnos la ropa y seducirle en su casa. El tipo al vernos en ropa interior lo tuvo claro y tras ponerle cachondo, nos llevó a su dormitorio donde no tuvimos reparos en dejarle encular nuestros traseros.