Pensaba que no había nadie en casa y por eso, Samia Duarte decidió sacar su consolador y pasar un buen rato a solas masturbándose el coño. Pero escondido tras una maceta, estaba su hijastro que no pudo resistirse y acabó apareciendo ante ella con un empalme del quince. Al ver lo dura que tenía la polla, esta zorra lo tuvo claro y decidió aprovechar el momento, follándoselo y gozando de las embestidas que acabó metiéndole en el sofá.