Esta jovencita es una rebelde y para sacarse unos euros, simula ser una vagabunda y hasta tiene su cartelito para pedir limosna. Pero un día, su madrastra la pilló y empezó a hablar con ella para hacerle ver que estaba mal. Así que recurrió a un método que sin duda, le haría olvidar sus fechorías y no fue otro que una buena sesión de sexo lésbico, donde terminaron pasando el día desnudas y comiéndose los chochitos mutuamente.