Le gusta tanto llamar la atención a esta tetona que, cuando fue a la lavandería, no dudó en meter su ropa para que acabase limpia… pero claro, metió la que llevaba puesta. Mientras esperaba en pelotas junto a las lavadoras y al resto de clientes, éstos se le quedaron mirando y en especial uno de ellos. Y es que sus ubres llamaban demasiado la atención y al final, terminó dándoselas a probar a ese desconocido, que terminó penetrándola allí mismo y llenando su cara de lefa tras correrse sobre ella.