Mientras retozaban en el sofá juntas, estas tres rusas iban entrando en calor y dándose placer ellas mismas, a la espera de que llegase su particular follamigo. Y es que habían llamado a un mulato cachas y muy dotado, que tenía preparada una polla bien gorda para darles por donde fuese. Así que cuando lo tuvieron a tiro, compartieron su miembro y no dudaron en pedirle sexo anal, para que sus culitos pudiesen gozar de una polla en condiciones que dilatase sus ojetes.