Mientras se echaba un cigarro en la calle, exhibía al mismo tiempo sus braguitas y como no, dos sementales se fijaron en ella y decidieron tantear el terreno. No tuvieron que competir para llevársela al huerto, ya que la muy golfa quiso irse con los dos y terminó en su piso zampándose sus rabos en un trío salvaje. Les dio permiso para hacerle de todo, algo que como no terminó con la chavala pidiendo una doble penetración que sin duda fue toda una gozada para ella.








